5/11/12

11ª Jornada: Zamora CF-Real Oviedo



Agridulce empate para el Oviedo en tierras zamoranas, en una semana no muy afortunada tras el tropiezo en Mieres y en la que la actualidad deportiva del equipo convive necesariamente con la gran movilización popular que está teniendo lugar de cara a la segunda y definitiva fase de adquisición de acciones para una ampliación de capital que se torna decisiva para garantizar la viabilidad económica de la entidad.

El partido se presentaba complicado con las bajas en defensa de Mantovani por sanción y Baquero por lesión, además de la de Manu Busto, con problemas de pubalgia. Sarriugarte lo complicó más, a mi modesto entender, sacando una línea de 5 defensas, con el debutante Adrián Trabanco –nada que reprocharle- y el reaparecido Álvaro Cuello flanqueando como centrales a David Fernández y con Owona –improductivo en ataque- y Javi Cantero –su banda fue una “autopista”- en los carriles.

Experimentos aparte, la primera jugada de peligro y casi la única por parte oviedista en la primera parte fue un extraño despeje del central Edu Payá sobre su propia portería; no llevábamos ni cinco minutos y un gol en esas circunstancias habría dejado el partido a punto de caramelo. Nada más lejos de la realidad, la primera parte no fue para nada acorde con los intereses de los visitantes, con escasa presencia ofensiva y limitándose casi exclusivamente a mandar balones largos buscando la cabeza de Diego Cervero y confiando en su remate o en que Casares –muy participativo pero sin suerte como mediapunta- o Señé –desubicado y sin espacios en esa especie de 5-4-1 que planteó su entrenador- rebañasen alguno.

El Zamora por su parte fue viendo que su rival no era tan fiero como lo pintaban y se animó a intentar rasear y tocar el balón, buscando el peligro por las bandas, aunque en ocasiones los locales confundieron velocidad con precipitación. Las llegadas claras escaseaban y las defensas se imponían, si bien la del Zamora inspiraba mayor seguridad que la del Oviedo; Aitor y Galder hacían un buen trabajo de contención tapando las salidas del rival, pero una vez superada esa línea la pasividad y la endeblez de la defensa azul hacían temer lo peor, quedando claro que la seguridad atrás no va ligada necesariamente al número de efectivos que utilizas para defender.

Esos defectos defensivos contribuyeron en parte a que el Zamora se adelantase en el marcador en el minuto 37, fue una jugada de Sergio García por la derecha, no era la primera vez que el zamorano incordiaba por el lado más débil de la zaga ovetense y en esta ocasión le metió un buen pase a Rubiato, que tras rematar de forma regular en primer término recogió el rechace de Dani Barrio y en el segundo intento introducía el balón a placer en la portería, ante el delirio de la afición local, que casi vuelve a llevarse una alegría poco después con un disparo de Sergio, el mejor de los suyos.

Peor guión imposible: imagen muy distante de la que debe ofrecer un equipo con aspiraciones, otro gol de un “ex”y sensación de haber regalado de nuevo una parte del partido con un planteamiento discutible ante un rival que no era nada del otro mundo. El Zamora no había hecho demasiados méritos para llevarse la victoria pero el Oviedo tampoco, por mucho que Sarriugarte comentase en rueda de prensa que durante muchos minutos “estuvimos cerca del gol en la primera mitad”, curiosa cuanto menos la forma de percibir la realidad del técnico vasco.



Los aficionados desplazados a tierras castellanas nos quedamos fríos al descanso, no sólo por la temperatura ambiental, y esperábamos un cambio de sistema que efectivamente se produjo. Vuelta al 4-2-3-1, Owona el sacrificado y Xavi Moré a la banda derecha, con Álvaro como improvisado lateral en ese lado. Un Zamora envalentonado y crecido salió muy bien pero pronto empezaron a notarse los efectos del cambio táctico, el Oviedo se olvidó del pelotazo y se hizo con el control del juego, el premio llegó antes del cuarto de hora, un buen centro de Xavi Moré desde la derecha lo remataba impecablemente Cervero a la red.

El Oviedo se vino arriba a la vez que el Zamora acusaba el golpe moral y en una rápida acción en la esquina derecha del área Casares forzaba un dudoso penalti que el “doctor” Cervero transformaba –su gol 102 con la camiseta azul-. Faltaba media hora y era el momento de contemporizar, el Oviedo lo consiguió por momentos, llegando incluso a verse en condiciones de ampliar su ventaja, pero el Zamora no dejó de intentarlo y con la entrada del ex oviedista Nacho Matador volvió a ganar en posesión.

Eran los minutos más calientes del partido, con el público local irritado con el árbitro, pero la irritación cambió de bando en el 75 cuando de nuevo Borja Rubiato, en una jugada bastante parecida a la del 1-0, culminaba un pase interior, esta vez a la primera y cruzando la pelota ante Dani Barrio y con los centrales oviedistas mirando no se sabe muy bien si al Duero o a la Catedral.

El tramo final se convirtió en una especie de “toma y daca” pero en versión “light”, ambos contendientes no sabían muy bien si atacar a tumba abierta en busca del triunfo o si conformarse con el empate y no arriesgar demasiado. Un cruel final para el Oviedo estuvo a punto de producirse cuando Rubiato mandaba alto un remate en el área pequeña en el 88; habría sido el colmo, un “hat trick” de un ex delantero oviedista que apenas vio puerta como jugador azul y que este año ya suma cinco tantos. Los seguidores rojiblancos lo tienen en un pedestal, prueba de ello es que saltasen a la mínima que la afición azul le dedicaba algún que otro cántico ofensivo.

Al final empate que no contentó demasiado a ninguno, Sarriugarte dijo que el Oviedo hizo “méritos suficientes” para ganar, una afirmación creo que demasiado arriesgada. En vez de centrarse en los méritos quizá debería centrarse en los defectos: la falta de un estilo definido, de jerarquía para dominar los partidos, de oficio para aguantar un resultado favorable, de concentración e intensidad defensiva… Muchos de estos aspectos son mejorables y entrenables, está claro que los jugadores tienen su parte de culpa pero en este caso cada vez veo más claro que al Oviedo lo que le le falta es un entrenador que dé con la tecla que haga funcionar adecuadamente al bloque.



FICHA DEL PARTIDO

Domingo, 4 de noviembre de 2012. Estadio Ruta de la Plata, 1500 espectadores aproximadamente, con presencia de unos 500 aficionados oviedistas.

Zamora 2.- Sergio Sánchez; Dani Mateos, Dani Palacios (Nacho Matador ’69), Edu Payá, Alberto Prada; Jacobo, Josete; Sergio García, Javi Rodríguez (Jorge Hernández ’57), Dani Hernández (Santos ’84); Rubiato

Real Oviedo 2.- Dani Barrio, Owona (Xavi Moré ’46), Trabanco, David Fernández, Álvaro, Javi Cantero; Aitor Sanz, Cerrajería; Señé (Iker Alegre ’57), Javi Casares (Pascual ’82); Diego Cervero

Árbitro: Pizarro Gómez, del colegio madrileño. Amonestó a los locales Josete, Dani Mateos y Nacho Matador y al visitante Iker Alegre.

Goles: 1-0, Rubiato ’37; 1-1, Cervero ’57; 1-2, Cervero (p) ’60; 2-2, Rubiato ‘75

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