Ourense y Oviedo no estuvieron a
la altura del ambiente vivido en las gradas y ofrecieron un partido trabado y
aburrido, con escasas ocasiones y poco fútbol, sobre un terreno de juego
irregular que no permitía demasiadas florituras. Camaradería y confraternización
en los prolegómenos del encuentro, con banda de gaitas, salida de los equipos
con las banderas de Galicia y Asturias y entrega de obsequio a la afición
visitante; desgraciadamente algunos no se lo tomaron de forma tan amistosa y
provocaron incidentes en las calles de la capital orensana, todo parece indicar
que fueron aficionados radicales del Celta de Vigo quienes iniciaron las
hostilidades lanzando piedras y botellas sobre un grupo de seguidores azules.
La agitación fuera del campo y en
la grada no se reprodujo sobre el césped de O Couto, donde el Oviedo salió
ordenado atrás y sin crear demasiado peligro salvo en alguna acción aislada a
balón parado y el Ourense buscaba sorprender con sus extremos para abrir la
lata. Javi Cantero volvía a la titularidad después de bastante tiempo y fue
protagonista en ambas áreas en los primeros minutos, primero cabeceando alto un
córner de Xavi Moré y después rozando el autogol tras despejar de cabeza hacia
atrás una falta botada por Yebra. Otro defensa, Baquero, también lo intentó en
una jugada similar a la de su compañero; el balón parado se convertía en la
opción más peligrosa para ambos equipos, más centrados en mantener una adecuada
colocación que en lanzarse al ataque.
Fue el Oviedo quien acumuló más
acercamientos en esa primera parte marcada por el excesivo centrocampismo; a la
media hora, Iker Alegre enviaba a las nubes un balón que le había caído tras un
rechace a centro de Xavi Moré; la banda del catalán era la más utilizada por
los carbayones y desde ahí llegó también una nueva opción para Casares, que no
logró rematar de primeras el envío de su compañero desde la derecha.
La ocasión más clara de todo el
partido llegó en el minuto 50, una falta botada por Javi Casares desde la
derecha la peinaba Baquero y tras golpear en el cuerpo de Álvaro –que actuó por
fin en su posición natural de lateral derecho- casi sorprende a Pato, que
reaccionó con agilidad. Los locales, por su parte, se limitaban a contener y se
mostraban más cautelosos de lo habitual, esperando que algún error ajeno les
diera la oportunidad de desequilibrar el marcador; ese error llegó en una
jugada que se está convirtiendo de forma peligrosa en habitual para el Oviedo,
un despeje fallido de Dani Barrio dejaba el balón a los pies de Iván González,
que no pudo rematar la jugada. El propio Iván González lo intentó con un lanzamiento lejano al
cuarto de hora del segundo tiempo, que transcurrió por unos derroteros
similares a los del primero.
La última media hora fue de lo
más insulso, ni siquiera la incertidumbre por el resultado añadió algo de
tensión a un tramo final en el que un nuevo lanzamiento altísimo de Iker Alegre
y una arrancada de Óscar Martínez a la que se anticipó bien Dani Barrio fueron
las acciones ofensivas más reseñables; por suerte para el Oviedo, esta vez el
“ex” no marcó. Los cambios no mejoraron el ataque de los visitantes, carentes
de ideas; la entrada de Fran Sol permitió tener una referencia más clara arriba
pero ni siquiera se tiró entre los tres palos.
Es la primera vez que los azules
no marcan fuera de casa esta temporada, al menos han recuperado cierta
seguridad defensiva y con el punto conseguido recortan mínimamente la distancia
con el Tenerife, aunque el Leganés no falló y se cuela en la segunda plaza.
FICHA DEL PARTIDO
Domingo, 3 de Marzo de 2013. O
Couto, más de 4.000 espectadores, con presencia de más de 1.000 oviedistas.
Ourense 0.- Pato; Yosu, Portela, Capi, Claudio; Yebra, Álex, Adil
(Pablo Pillado ’78); Iván González (Sanginés ’70), Óscar Martínez, Borja Valle
(Noguerol ’52)
Real Oviedo 0.- Dani Barrio; Álvaro (Owona ’74), David, Baquero,
Cantero; Aitor Sanz, Cerrajería; Xavi Moré, Javi Casares (Señé ’80), Íker
Alegre (Fran Sol ’64); Pepe Díaz
Árbitro: Sánchez Laso, colegio
extremeño, amonestó a los locales Yosu, Adil y Noguerol y a los visitantes
Aitor Sanz, Cerrajería y Pepe Díaz.
Fotos: lne.es
Triste Oviedo y aún más triste entrenador.
ResponderEliminarAunque lo peor, más allá del empate a bostezos y racanería, lo pusieron esos auténticos imbéciles que ni representan al Celta de Vigo ni a sí mismos y que se dedicaron a hacer el vándalo en un partido que no iba con ellos.