El Oviedo afrontó su segundo partido liguero de la temporada con buenas sensaciones, después del comienzo exitoso con el triunfo en Avilés y en la primera ronda de la Copa precisamente ante el Fuenla.
No fue un partido tan sencillo como la cita copera, el equipo madrileño no inquietó demasiado en ataque pero salió bien plantado atrás, sin dejar demasiadas opciones a un Oviedo que tampoco puso mucho de su parte en los primeros 45 minutos. Primer tiempo soso y con poco que destacar, salvo los cambios tempraneros que se vio obligado a realizar Cosmin Contra por la lesiones del veterano Antonio López y de Josué.
En el segundo acto los locales fueron aumentando de marcha poco a poco, sitiendo la necesidad de empujar con más fuerza en busca del gol de la victoria ante un rival que seguía a lo suyo, defendiendo con orden y tratando de enlazar alguna combinación en ataque, pero siempre con pocos efectivos. Precisamente la expulsión de uno de sus atacantes, Jorge Molino, hizo recular aún más si cabe a los madrileños, que comenzaron a hacer lo que no habían hecho hasta entonces, recurrir a la típica picaresca de perder tiempo, durmiendo el partido lo máximo posible.
Los últimos diez minutos fueron de lo más movido, un disparo del debutante Cerrajería pudo abrir el marcador en el 85, pero fue Manu Busto quien obtuvo el premio pocos minutos después, enganchando una pelota que había peinado un Diego Cervero que apenas había aparecido hasta entonces. Alivio para los azules y mazazo para su rival, que lejos de rendirse se lanzó en busca de un empate milagroso en el descuento que estuvo a punto de conseguir con un remate a bocajarro de Pachón que interceptó Dani Barrio milagrosamente.
Susto final pero tres puntos más y coliderato junto al Tenerife y el Marino de Luanco, el mejor inicio posible, sobre todo si comparamos con ejercicios anteriores.
Buen debut de Galder Cerrajería en el medio centro junto a Aitor Sanz, el chaval puede hacer olvidar a Pelayo rápidamente si se emplea con la intensidad y el desparpajo que mostró en su primer partido como titular en el Tartiere.
En el segundo acto los locales fueron aumentando de marcha poco a poco, sitiendo la necesidad de empujar con más fuerza en busca del gol de la victoria ante un rival que seguía a lo suyo, defendiendo con orden y tratando de enlazar alguna combinación en ataque, pero siempre con pocos efectivos. Precisamente la expulsión de uno de sus atacantes, Jorge Molino, hizo recular aún más si cabe a los madrileños, que comenzaron a hacer lo que no habían hecho hasta entonces, recurrir a la típica picaresca de perder tiempo, durmiendo el partido lo máximo posible.
Los últimos diez minutos fueron de lo más movido, un disparo del debutante Cerrajería pudo abrir el marcador en el 85, pero fue Manu Busto quien obtuvo el premio pocos minutos después, enganchando una pelota que había peinado un Diego Cervero que apenas había aparecido hasta entonces. Alivio para los azules y mazazo para su rival, que lejos de rendirse se lanzó en busca de un empate milagroso en el descuento que estuvo a punto de conseguir con un remate a bocajarro de Pachón que interceptó Dani Barrio milagrosamente.
Susto final pero tres puntos más y coliderato junto al Tenerife y el Marino de Luanco, el mejor inicio posible, sobre todo si comparamos con ejercicios anteriores.
Buen debut de Galder Cerrajería en el medio centro junto a Aitor Sanz, el chaval puede hacer olvidar a Pelayo rápidamente si se emplea con la intensidad y el desparpajo que mostró en su primer partido como titular en el Tartiere.
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| Imagen extraida de http://rocf1926.blogspot.com.es, autor Jonás Sánchez. |
FICHA DEL PARTIDO:
2 de septiembre de 2012, Nuevo Carlos Tartiere (7.100 espectadores).
Árbitro: Gorostegui Fernández-Ortega, del Comité Territorial Vasco. Mostró tarjetas amarillas a los locales Owona (25´), Cervero (61´), Mantovani (65´) y a los visitantes Josué (24´), Fran Dorado (36´), Chuchi (55´) y roja directa a Molino (69').
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